La tecnología en la historia del ser humano, ha sido el propulsor de grandes cambios sociales. La transformación digital es la causa de que hoy estemos viviendo un momento de cambio.
Con este nuevo paradigma, las empresas deben adaptar nuevas estrategias de marketing digital para subirse al tren de las oportunidades y los nuevos retos derivados de esta gran evolución.
Adaptación del Marketing
El marketing ha debido adaptarse para seguir ofreciendo una propuesta de valor para el consumidor:
- Primero, integrar en sus modelos de negocio nuevas operaciones digitales para dirigir esta propuesta de valor.
- Segundo, mejorar y reconstruir esta propuesta de valor adaptándola a las tendencias que demanda la sociedad, con nuevos compromisos y contenidos digitales.
- Tercero, provocar un nuevo conjunto de capacidades en los clientes alrededor de las propuestas para que puedan iterar y consumir los productos que vendemos.
Con la llegada de Internet en esta era digital, se ha provocado una conexión sin precedentes entre empresas, consumidores y objetos. Ahora estamos a un clic de cualquier lugar, vemos las cosas en tiempo real, podemos consumir productos digitales de forma gratuita, podemos realizar transacciones de dinero desde cualquier parte del mundo, tenemos a nuestra disposición una oferta ilimitada y acceso a un conocimiento inabordable.
Si como empresa, no nos adaptamos a las nuevas reglas de juego y actualizamos nuestras propuestas, pasaremos desapercibidos.
El big data es poder
Las decisiones en el marketing digital deben fundamentase en datos, no en creencias. Lo digital es el paso del mundo de los átomos al mundo de los bits. Esto quiere decir que todo son datos, desde las conversaciones que tenemos, hasta las imágenes que consumimos.
Ahora, imaginaos que recopilamos parte de estos datos accesibles, los clasificamos, los valoramos, los interpretamos, les damos un sentido y finalmente los usamos como evidencia para hacer un plan de marketing digital para nuestra empresa.
Estos datos son solo una pequeña parte, el grueso de toda la información es invisible y son datos sin indexar.
Miles de millones de consultas en Google, interacciones en redes sociales, consumo audiovisual… todo procesado y almacenado en forma de datos. Cuando hablamos de big data, nos estamos precisamente refiriendo a la forma de tratar todos esos datos e información caótica que no está analizada.
El procesamiento de todos esos datos, se convierte en una herramienta muy poderosa para la toma de decisiones.
Las fases del big data son:
- Adquisición: La recogida y captura de datos de forma fiable.
- Organización: La clasificación, categorización y estructuración de los datos recogidos.
- Análisis: Los mecanismos para encontrar correlaciones significativas entre las variables en el menor tiempo posible.
- Decisión: El establecimiento del rumbo evidenciado con el análisis de los datos clasificados.
Los datos en marketing digital. ¿De dónde los sacamos?
- Datos de Internet que corren por las redes sociales y todo lo que compartimos en nuestras cuentas personales.
- Datos de dispositivos que se trasladan entre maquinas y transmiten a aplicaciones que transforman la información para que resulte útil.
- Datos de transacciones con los registros en TPV o las llamadas de los grandes call centers.
- Datos biométricos que se recogen en los escáneres de retina, huellas digitales o reconocimientos faciales.
- Datos generados por las personas en encuestas, correos y documentos electrónicos.
El big data en el marketing digital para:
- Saber adaptarse a las tendencias sociales.
- Provecho de las oportunidades en ventas y marketing.
- Visión del negocio en general de forma más precisa.
- Segmentación de clientes.
- Toma de decisiones en tiempo real con feedback corto.
- Detección de pérdida de clientes.
- Cuantificación del riesgo.
- Saber diagnosticar el sentimiento del mercado.
- Comprender los cambios en el negocio y en los consumidores.
- Planificación y predicción.
- Precisión en el análisis de costes.
- Mejorar el rendimiento en producción.
El principal objetivo es satisfacer necesidades de forma personalizada sin ser intrusivo. Dar lo que quiere y necesita el consumidor sin preguntarle, utilizando solamente las observaciones de sus interacciones en los medios digitales.